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Oriente estuvo dedicado a las cosas subjetivas. Pensaban que la vida objetiva cotidiana era más que una ilusión. La vida estaba en torno a la realidad última: los asuntos del espíritu. Por ello, Oriente siempre fue pobre materialmente hablando. Desarrollaron más el área de sus sentimientos, el de la lógica y la razón. Los monasterios enseñaban la vida austera y sus integrantes vivían en retiro, en silencio, "alejados del mundanal ruido". Desarrollaron el área femenina" o el lóbulo derecho de sus cerebros: la subjetividad y la intuición. 

Mundo oriental

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