En La divina comedia de Dante Alighieri, Tiresias quien fue un adivino ciego en la ciudad de Tebas según  la mitología griega, se encuentra condenado a caminar toda la eternidad con la cabeza hacia atrás en el cuarto hoyo del octavo círculo del infierno, el cual está reservado para los adivinos en el círculo de los fraudulentos, ya que mientras vivió, Tiresias se dedicó a mirar hacia el futuro. Sin embargo, en otras obras como Edipo Rey  de Sófocles, lejos de ser castigado Tiresias es iluminado en tanto encarna un profeta que por medio de sus revelaciones permite que Edipo descubra el misterio de su nacimiento.